Después de que hemos pasado horas escogiendo los mejores ingredientes, cocinando y probando, no podemos terminar nuestra preparación con un emplatado cualquiera. Por eso, debes asegurarte de que este sea el protagonista de la mesa para resaltar, no solo por su sabor, sino también por su belleza.
El emplatado diagonal u oblicuo es ideal para dar relevancia al ingrediente principal, ya que consiste en colocarlo en la zona superior derecha del plato y distribuir el resto de los alimentos como si estos giraran en torno a la preparación principal.
Otra buena opción es el empatado central o tipo volcán, con el cual el ingrediente principal queda en el centro, creando altura al imitar la forma de un volcán, sin cubrir los demás ingredientes.
Así, nuestra preparación principal se llevará la atención merecida, tanto por los paladares, como por las miradas que se deleitan en conjunto con el arte de una organización impecable y un sabor delicioso.
Un plato que captará toda la atención de tus comensales.
Un plato que hace match perfecto con una salsa carbonara o bechamel.
Podrás tener una cena diseñada para alguien muy especial.
Combínala con un maridaje en el que ambos sabores estén balanceados.